sábado, 31 de mayo de 2008
Sueño
Una imagen que me encontré navegando, se las comparto.
Foto
(Alfredo Domínguez Noriega reportero de la jornada)
Parásitos
Era una noche apacible y una ligera neblina flotaba sobre las zonas residenciales en la periferia de la ciudad. Pero el silencio era engañoso.
A lo lejos un sordo martilleo metálico empezó a invadir el lugar, amenazando con romper la tranquilidad. Ágiles y egoístas “máquinas de habitar” tomaron por sorpresa las áreas suburbanas de las grandes ciudades en busca de un nuevo hogar: el jardín del vecino.
Una vez allí, utilizaron sus cabezales barrenadores controlados por sensores para conectarse a las líneas de suministro que discurren bajo las calles. Se anclaron al terreno y amenazaron con contaminar las aguas subterráneas y manchar los automóviles en caso de que los habitantes intentaran tomar medidas en contra de ellos.
Durante las semanas que siguieron hubo un tremendo alboroto entre los vecinos, pero cuando se dieron cuenta que nada ni nadie podía hacer nada contra los robots domésticos y de que incluso podían ser bastante útiles, el clamor animó.
Los parásitos controlaban su territorio ayudados por sistemas de alta tecnología y desbarataban con éxito cualquier intento de robo en la casa de sus anfitriones.
Rociaban a los delincuentes con una sustancia sintética hedionda y pegajosa o los paralizaban mediante un estruendo emitido a través de un cañón hasta que la policía acudía apresuradamente al lugar.
Pero fue cuando los parásitos empezaron finalmente a expulsar lindos enanitos de jardín que todo el mundo ansió tener un parásito en su casa. Nadie sabía, sin embargo, que estaban hechos de material de desecho parasitario altamente comprimido. Nacía así un nuevo símbolo de estatus y la simbiosis se completaba finalmente.
La vida volvió a la normalidad, a pesar de que los responsable municipales de urbanismo tronaban incansablemente contra esos “montones de chatarra itinerantes”. Pero ¿a quien le importaba? Al fin y al cabo, ¿qué sabían ellos de arquitectura?
Se instauro una nueva armonía. Y así los parásitos pudieron vivir felices para siempre.
Anton Markus Pasing
Del libro de actar (verb architecture boogazine)
viernes, 16 de mayo de 2008
"Welcome", como el tapete; Buen Viaje
la frontera norte según un chilango
(foto jesús lópez)
(foto jesús lópez)
Es curioso pero la ciudad debe tener cifras muy infladas respecto a esto, una vez del otro lado no pasa nada extraordinario, ni nada es diferente, el cielo no es más azul, ni el aire más puro, (para cualquiera de nosotros) pero yo estoy seguro que las personas que han logrado esto sin portar esa estampilla en su pasaporte o esa visa láser que dan en el norte, comienzan a vivir, y para ellos el aire del territorio americano si es más puro, el cielo si es más azul y la vida les acaba de brindar un favor, un favor que a cualquiera de nosotros los portadores de la visa americana nos brindo un cónsul de esa nación, tener este documento viene implícito con un cambio en nuestra manera de ver las cosas, ir al paso de “shoping” es como decir voy al S MART de compras. Acá en el DF en las estaciones de autobús uno se encuentra con gente que pide dinero, pues viajaron desde su tierra hasta acá para trabajar y por cualquier circunstancia aun no consiguen laborar, en Juárez me encontré con gente que pedía dinero por que fue deportada de alguna ciudad americana fronteriza, imaginemos Calexico, pues la migra lo fue a dejar sin dinero hasta Ciudad Juárez, y después para volver a intentar cruzar tendrá que hacer cosas de las cuales no tengo la menor idea (y por supuesto que me gustaría contar con esa información), además seguramente en el puente internacional, cualquiera que sea, verá un letrero que amablemente dice “BUEN VIAJE” casi como si estuvieras saliendo del DF y entrando al Estado de México. Todo fácil…………………
Cruzar la frontera norte de México es algo poderoso, es una experiencia que tienes que hacer en compañía de alguien que este dispuesta a asombrarse, una persona que este atenta ante todo lo que se pueda ver en ese trayecto, que este pendiente de los detalles y alerta con una cámara preparada a capturar cualquier momento que parezca minúsculo ante la multitud, la experiencia definitivamente es corta y en menos de lo que crees ya estas fuera del país, ya las calles se llaman diferente y aunque la gente todavía tiene destellos del idioma que en México se habla (en el Paso mucho más de lo que pensé), alla la vida es otra, y es realmente extraño ya que de verdad algo es diferente, algo cambia, difícil de explicar si no lo has vivido pero cuando lo vives es aun más difícil.
Jesús López (chucho)
miércoles, 7 de mayo de 2008
Decorando la casa
Jesús López (chucho)